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Desde que en 1995 se publicara la Ley de Prevención de Riesgos Laborales, y a pesar de los desarrollos legislativos posteriores, así como la publicación de un estatuto de los trabajadores Autónomos, el tema de la PRL para estos, desde mi punto de vista, sigue legislado de forma pobre, al no terminar de igualar desde el punto de vista legal, las condiciones y exigencias de seguridad exigidas a los trabajadores por cuenta ajena.

Hemos conocido las cifras de siniestralidad y mortalidad de autónomos en España a lo largo del pasado y extraño 2020, y se arroja un registro de 435.342 accidentes, entre los que 75 fueron mortales.

Así, cogiendo como referente el año anterior, 2019, encontramos que si bien el número de accidentes laborales entre autónomos ha descendido, ha aumentado porcentualmente en lo referente a los accidentes mortales.

Como por desgracia, sigue siendo habitual, los accidentes de tráfico in itínere o en misión siguen teniendo un papel protagonista en estos balances y agrupan el 18,5% de ellos, sumando en 2020 un total de 50.023 accidentes de tráfico frente a los 80.705 de 2019.

No obstante, por fortuna, 30.398 de ellos fueron de carácter leve, frente a los 36.820 leves de 2019.

Es significativo señalar igualmente que las mujeres autónomas sólo ocupan el 17,7%, sumando un total de 5.407 accidentes.

Lo más terrible en la siniestralidad laboral, suele ser la mortalidad, y en 2020 fallecieron 4 mujeres autónomas y 71 hombres autónomos.

Pocos avances legislativos hemos visto, más allá de que desde el año 2019 los trabajadores autónomos cotizan por accidente laboral con carácter obligatorio.

Estas cifras, indigeribles, son difíciles de entender cuando ves la laxitud de una legislación de seguridad y salud hacia este colectivo, que no hace sino que, retratar la falta de asesoramiento preventivo en manejo de maquinaria, seguridad vial, productos químicos y procesos, seguimiento de la vigilancia de su salud, falta absoluta de formación, etc, dejando patente que los recursos públicos destinados a todo ello, son absolutamente insuficientes.

Existen entidades como los servicios de prevención, y de entre ellos, servicios de prevención de altísimo nivel como es Europreven, para poder dar el asesoramiento y apoyo preventivo a los autónomos, aunque estos, en un importantísimo número, si la legislación no les “aprieta” con este tema, no se dejarán asesorar, y por ello y otras muchas circunstancias, año tras año, iremos contemplando con estupor y pesar, las penosas cifras de siniestralidad en este colectivo.