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Las bajas temperaturas suponen un riesgo para aquellos puestos de trabajo que se realizan en ambientes fríos. Además de facilitar accidentes de tráfico y potenciar la aparición de incendios e intoxicaciones con monóxido de carbono por el uso de estufas, chimeneas, etc; el descenso de temperaturas puede provocar estrés térmico, hipotermia, cansancio, entre otros, y favorecer la aparición de enfermedades como la gripe, bronquitis, neumonía, etc.

Los humanos necesitamos mantener una temperatura corporal de 37 ºC, no obstante, si las características ambientales son extremas, el cuerpo responde a una conducta fisiológica que impacta negativamente en nuestra salud y en nuestro rendimiento laboral, sobre todo, en aquellos trabajos que dependen de destrezas manuales con los dedos y las manos puesto que nuestra motricidad motora disminuye, lo que puede entorpecer el trabajo.

Por lo tanto, ante la llegada del invierno y las olas de frío, es importante estar preparados, evaluando previamente el lugar y puesto de trabajo, donde se traten tres factores importantes: temperatura, presencia de corrientes de aire y tiempo de exposición.  Así como fortalecer los medios de protección colectivos e individuales.

Adicionalmente, se tendrán en cuenta las buenas prácticas y recomendaciones que permitirán disminuir en gran medida el impacto fisiológico que genera el descenso de temperatura. Por lo general, regular la temperatura del cuerpo se consigue con una vestimenta adecuada, que evitará la pérdida de calor corporal, por lo tanto, es importante proporcionar los EPI’s necesarios según el puesto de trabajo y las condiciones meteorológicas, utilizar ropa que evite la transpiración, llevar varias capas de ropa, abrigar bien los pies y las manos, así como, mantenerse en continuo movimiento, ingerir líquidos calientes, evitar el contacto directamente con la piel en superficies frías, etc.

También es importante planificar medidas organizativas en la empresa, controlando el ritmo de trabajo y organizando breves ciclos de descanso.

Por otra parte, el trabajador deberá ser consciente del riesgo que genera el descenso de temperatura, estará obligado a utilizar de forma correcta los EPI’s que se le proporcionen e informar en caso de insuficiencia o deterioro, deberá prestar atención a las señales de advertencia y estar atento a síntomas significativos en su cuerpo.

En definitiva, los trabajos con temperaturas extremas son inevitable, con lo cual, el riesgo no se puede eliminar, es por esto que, se deberán extremar las precauciones y cumplir en todo momento con las recomendaciones enmarcadas en la evaluación de riesgos, también es importante establecer procedimientos de trabajos seguros e incluir charlas cortas de 5 minutos donde se resalte la importancia de atender a las recomendaciones.

Nalu Reyes Beltran