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27

Abr, 2023

Nuevos datos para 2023 confirman los retos en materia de riesgos psicosociales

#PRL #prevención #salud #trabajo #riesgospsicosociales

Como cada año se hace necesario repasar los datos publicados sobre estadísticas de accidentes de trabajo y enfermedades profesionales. Ya conocemos que los datos que se publican en 2022 por el Ministerio de Trabajo y Economía Social y el Ministerio de Inclusión, Seguridad Social y Migraciones, son los correspondientes al año 2021. En lo que se refiere a enfermedades causadas por el trabajo, se reflejan un total de 24.944, de estas 4.563 son patologías no traumáticas, 4.109 son enfermedades causadas por el trabajo y 454 son enfermedades agravadas por el trabajo según los datos del Observatorio de enfermedades profesionales y enfermedades causadas o agravadas por el trabajo. De todos los fallecimientos 264 corresponden a muertes por infartos y derrames cerebrales ocurridos durante la jornada laboral. Esta cifra supone un aumento en casi un 32% respecto de 2020 lo que nos da una idea de la importancia de la gestión de los riesgos psicosociales en el trabajo y de su prevención y es una evidencia más de la marcada influencia de las condiciones laborales sobre la salud mental de las personas trabajadoras. 

De acuerdo con la información proporcionada a través de las aplicaciones CEPROSS (Comunicación de Enfermedades Profesionales en la Seguridad Social) y PANOTRATSS (Comunicación de patologías no traumáticas causadas por el trabajo), en el año 2021 se han producido un total de 24.944 enfermedades causadas por el trabajo, 20.381 expedientes de enfermedades profesionales y 4.563 expedientes de patologías no traumáticas causadas o agravadas por el trabajo. De las patologías no traumáticas, 4.109 son enfermedades causadas por el trabajo y 454 son enfermedades agravadas por el trabajo.

Si desagregamos los datos por su incidencia en aquellas patologías que pueden tener relación con los riesgos psicosociales, de los 4.109 casos de enfermedades causadas por el trabajo encontramos los siguientes:

  • Desórdenes mentales: 61

  • Enfermedades del sistema cardiocirculatorio: 50

Y en el caso de las 454 enfermedades o defectos agravados por el trabajo:

  • Desórdenes mentales: 11

  • Enfermedades del sistema cardiocirculatorio: 49

A pesar de que la incidencia total no parezca significativa, tenemos que tener en cuenta la dificultad que aun supone la identificación y el reconocimiento como enfermedad profesional de las relacionadas con los riesgos psicosociales, con lo que podemos deducir que la incidencia, desgraciadamente, sea mayor de la recogida en las estadísticas.

Las principales dificultades. Resulta difícil realizar un mejor análisis de los datos por las razones que acabamos de exponer, puesto que las patologías derivadas de los riesgos psicosociales no se incluyen en el listado de enfermedades profesionales, pese a que la OMS incluyó en 2022 el burnout en la Clasificación Internacional de Enfermedades (CIE-11) como un problema asociado al empleo. Igualmente, seguimos esperando que la ratificación del Convenio 190 de la OIT (seminario de noviembre de 2022) surta efectos en la corrección de estas situaciones pues, entre otras cosas, dificultan el análisis y la prevención. 

Si a los datos anteriores sumamos los extraídos del INE y que contiene la siguiente tabla, podemos afirmar que la incidencia y la correlación son importantes.

Coincidiendo con la publicación de las estadísticas de Ministerio, la Organización Mundial de la Salud (OMS), estimando que aproximadamente un 60% de la población mundial trabaja, alerta sobre la existencia de factores como falta de organización, liderazgos tóxicos, jornadas que se alargan más de lo establecido o cargas de trabajo que se incrementan. Todos estos factores suponen un riesgo para la salud mental de los trabajadores. La misma Organización insiste en la importancia de abordar la salud sobre todo en estos momentos de incertidumbre económica porque la productividad de las empresas aumenta cuando se cuenta con un equipo saludable y motivado. El reto para este año para las empresas, por tanto, es desarrollar ambientes que impulsen el crecimiento de las personas trabajadoras y las motiven, cuestiones que ya hemos abordado en cuestiones de actualidad anteriores.

Pese a los buenos propósitos, no hay nada nuevo bajo el sol porque se sigue insistiendo en las siguientes cuestiones: información y estímulo a la conciencia sobre la importancia de cuidar la salud mental, implementación de jornadas de análisis de la salud mental, definición de límites entre horarios personales y laborales, fomento de un ambiente laboral saludable y contar con expertos en salud mental. Cuestiones que no dejan de ser meras declaraciones de intenciones, sobre todo mientras ni las estadísticas de enfermedades profesionales puedan ser exactas en los datos de las dolencias derivadas de los riesgos psicosociales.

Seguir insistiendo. Este año supone una novedad también para la toma en consideración de los agentes que influyen en los riesgos psicosociales. La reforma laboral implementada en 2022 elimina o modifica algunos condicionantes asociados a la temporalidad, como la incertidumbre, por lo que será interesante la comparación, en cuanto los datos estén disponibles, con los presentados aquí. 

Si así fuera podríamos comprobar que a factores como la forma en qué está diseñado el puesto de trabajo y su organización, por ejemplo los horarios, los turnos de laborales rígidos o flexibles, los contenidos de las tareas a desempeñar o su cantidad de trabajo; así como la forma en que se gestiona, por ejemplo, el estilo de liderazgo o los procesos de toma de decisiones como es el caso de cuestiones como el retraso de la edad de jubilación asociado con la edad y que puede conllevar déficits en la memoria, en la velocidad de procesamiento, en las capacidades atencionales o en las funciones más básicas de percepción. O la exigencia emocional que deriva en el síndrome de fatiga por compasión que se caracteriza por la sobrecarga emocional que produce el exceso de empatía, más común entre el personal sanitario. No nos queda más que seguir avanzando.

 

Fuente: Junta de Andalucía. Consejeria de empleo empresa y trabajo autonomo





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