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24
Ago, 2021
Las nuevas tecnologías están presentes en nuestro día a día, todos los días. Aunque no nos demos cuenta, conllevan un gran impacto en nuestra salud mental, emocional y física, y no siempre es positivo.
Cada vez son más las empresas que deciden digitalizar sus instalaciones y apostar por las nuevas tecnologías para desarrollar su actividad productiva. Este hecho, conlleva que, la mayoría de trabajadores de nuestro país requieran del uso de dispositivos tecnológicos para el desarrollo de sus actividades laborales.
Sin duda, las nuevas tecnologías se han convertido en nuestro aliado, ya que facilitan muchísimo la realización de determinadas tareas, y nos ayudan a optimizar recursos y tiempo.
Sin embargo, desde un punto de vista preventivo, debemos prestar especial atención a su incorporación en el ámbito laboral puesto que, de realizarse de manera incorrecta, podrían comportar nefastas consecuencias para los trabajadores, y para las propias empresas.
En este sentido, la ciencia de la psicosociología ha estudiado en profundidad qué consecuencias pueden derivarse de la introducción de las Tecnologías de la Información y la Comunicación -TIC- en la salud de las personas trabajadoras.
Diversos estudios demuestran que, además de propiciar la aparición de dolores musculares, migraña, fatiga mental y física, y ansiedad, entre otras, la implantación incontrolada de las TIC también es el origen de una nueva patología: el tecnoestrés.
El tecnoestrés es el término empleado para referirse al estrés específico derivado de la introducción y uso de las nuevas tecnologías en el trabajo.
Fue acuñado por primera vez por el psiquiatra norteamericano Craig Brod en 1984 en su libro "Technostress: The Human Cost of the Computer Revolution". Este autor, lo define como "una enfermedad de adaptación causada por la falta de habilidad para tratar con las nuevas tecnologías del ordenador de manera saludable“.
Actualmente, se considera que el tecnoestrés no está causado tanto por la “falta de habilidad” de los trabajadores con las nuevas tecnologías, sino por el desajuste entre las necesidades de los trabajadores, y los recursos realmente disponibles.
Así mismo, es importante saber que, dentro del concepto de “tecnoestrés”, nos encontramos con diferentes tipos como:
Existen una serie de factores que pueden comportar un incremento en el riesgo de la aparición de este tipo de trastornos en tu empresa, y que debes evitar, como:
La sobrecarga de trabajo: Evita sobrecargar a tus trabajadores con numerosas tareas. Es importante que seas consciente del tiempo del que disponen tus trabajadores, así como el tiempo que dedican en realizar las tareas que les encomiendas.
Establece horarios concretos para la realización de sus actividades que permitan a tus empleados administrar su tiempo y recursos.
La rutina en el trabajo Cuando el trabajo que deben desarrollar tus empleados utilizando las TICs es aburrido y monótono, y no requiere ningún tipo de esfuerzo mental -como, por ejemplo, introducir datos en el ordenador- es más probable que aparezcan trastornos como el tecnoestrés.
Intenta que estas tareas no ocupen gran parte del tiempo de la jornada laboral del trabajador. Administra la realización de estas actividades en períodos cortos, durante toda la semana.
Sobrecarga de información para ejecutar una tarea: Si ofreces una cantidad ingente de información a los trabajadores para que realicen sus tareas puedes agobiarlos y propiciar la aparición de estos trastornos.
El aumento de la cantidad de información, no siempre útil, para la realización de una tarea aumenta, a su vez, la carga cuantitativa y cualitativa de trabajo. Intenta proporcionar sólo aquella información estrictamente necesaria para que tus empleados puedan desempeñar las tareas encomendadas.
En primer lugar, debes evitar los factores de riesgo que te he comentado con anterioridad.
Además, puedes implementar diferentes estrategias, individuales y organizacionales, para reducir las posibilidades de que alguno de tus empleados sufra tecnoestrés, tecnoansiedad, tecnofatiga o tecnoadicción.
A nivel individual, las estrategias activas -aquellas donde el trabajador realiza una acción- son las más efectivas. En este caso, la empresa debe incitar al trabajador, y proporcionarle los recursos necesarios, para que pueda desarrollar las acciones necesarias para evitar la aparición del tecnoestrés, como acudir a talleres de relajación y meditación.
A nivel organizacional, se deben incluir mecanismos en el sistema preventivo de la empresa para facilitar la adaptación a las nuevas tecnologías. En este sentido, podemos distinguir diferentes tipos de estrategias:
Estrategias de información y comunicación: Este tipo de estrategias se centran en hacer saber a todos los trabajadores cuáles van a ser los cambios que se van a producir en la organización respecto del uso de nuevas tecnologías que van a necesitar para el desarrollo de las tareas encomendadas.
Estrategias de formación: Estas estrategias van dirigidas a formar a los trabajadores en competencias generales para aprender a utilizar las nuevas tecnologías, así como a saber cómo actualizar periódicamente sus conocimientos sin que aparezca la tecnoansiedad o tecnoadicción.
Estrategias centradas en el diseño del puesto de trabajo: Estas estrategias tratan de re/diseñar los puestos de trabajo en los que se va a implantar una nueva tecnología, generando de este modo puestos “sanos”, y tratando que la tecnología sea vista por los empleados como una herramienta verdaderamente útil.
Evita la aparición del tecnoestrés en tu empresa con técnicas de prevención
Espero que este artículo te haya resultado útil para conocer un poco más sobre el tecnoestrés y cómo puedes evitar su aparición en tu empresa llámanos al + 34 933 285 422. Desde Europreven estaremos encantados de ayudarte en hacer de tu empresa un lugar más seguro y saludable.
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