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11

Feb, 2021

Trastornos Osteomusculares: principal enfermedad laboral

#PRL #Salud #Empleado #Empresa #EnfermedadLaboral #Ergonomía

Tradicionalmente, se identifican los trastornos osteomusculares con trabajos que impliquen un gran esfuerzo físico, pero lo cierto es que tan peligroso puede ser un exceso de actividad física, como la ausencia total de la misma. La mayoría de trabajos de oficina comportan al sedentarismo ya que, prácticamente, durante la totalidad de la jornada laboral, nos encontramos sentados frente al ordenador, exceptuando los descansos para desayunar y comer. Este hecho, además de propiciar la aparición de determinadas enfermedades cardiovasculares, es causa directa  también de las enfermedades osteomusculares. 


De acuerdo con los datos ofrecidos por CCOO, los trastornos osteomusculares son la principal enfermedad laboral en los países industrializados y una de las primeras causas de absentismo laboral. Pero ¿qué son? Se entiende que dichas enfermedades comportan la aparición de inflamación, dolor y desgaste en músculos, articulaciones, tendones y ligamentos. Asimismo, suelen aparecer tales lesiones en las zonas del cuello, espalda, muñecas y manos, ya que éstas reciben un mayor impacto en la mayoría de tareas a realizar, sobretodo en el ámbito de oficina. 


Es importante prestar atención a la sintomatología de dichos trastornos, ya que si no son tratados a tiempo, podrían cronificarse, con las consiguientes dificultades de movilidad y padecimientos. Generalmente, los síntomas suelen identificarse con dolor -ya sea en los músculos o articulaciones-, pérdida de sensibilidad y hormigueo, así como pérdida de fuerza. 


Las causas que pueden originar tales menoscabos son múltiples, pero lo cierto es que las condiciones laborales son determinantes para poder prevenir y evitar su aparición. En este sentido, cobra gran importancia el papel que desarrolla la ergonomía en el ámbito laboral. La ergonomía en el trabajo tiene por finalidad adecuar los puestos de trabajo a las necesidades de los trabajadores, tomando como punto de partida los objetos que nos rodean, para hacerlos más seguros, saludables y cómodos.


La ergonomía, junto con otras medidas dirigidas a velar porque las tareas laborales encomendadas se ajusten a los parámetros de salud y seguridad exigibles para evitar dichos trastornos, nos permitirá combatir contra los principales factores de riesgo. Pero, ¿cuáles son estos factores? 


1. Las posturas forzadas: ¿Quién no se ha agachado alguna vez durante algunos minutos y le ha costado muchísimo levantarse? Esto se debe porque hemos realizado una postura con la que nuestro cuerpo no se siente cómodo, y se resiente. Pues bien, imagínate tener que estar desarrollando tu actividad laboral en esa postura. Para poder identificar si el carácter postural en el que se desarrolla tu actividad empresarial puede acarrear consecuencias en la salud de tus empleados, analiza:

  • La duración de la postura

  • La frecuencia de los movimientos

  • De qué tipo de postura se trata: cuello, tronco etc.

2. Los movimientos repetitivos. Estar realizando el mismo movimiento durante horas puede acarrear un sobreesfuerzo de los músculos implicados en el desarrollo de la tarea, así como de los tendones y articulaciones. Este hecho puede derivar en lesiones tan importantes como tendinitis, artrosis, artritis etc. Los factores de riesgo que pueden propiciar e incrementar la aparición de dichas lesiones son:

  • La duración del movimiento repetitivo

  • La frecuencia de los movimientos

  • Los tiempos de recuperación entre movimientos

  • El uso de la fuerza

3. La manipulación manual de cargas. Esta actividad específica, que únicamente tendrá lugar en determinados sectores, es la que más incidentes suele producir en aras al sobreesfuerzo físico que, muchas veces, deben realizar los trabajadores. En este caso, los factores de riesgo dependerán de si la actividad consiste en levantar cargas, desplazarlas o transportarlas. Con independencia de ello, en principio nadie debería levantar cargas superiores a 25 kg. 

Así pues, todos los trabajos deben realizarse bajo condiciones seguras y saludables, impliquen un esfuerzo físico elevando o no.  La clave para ello es adoptar las medidas necesarias en función de la actividad específica que se realice, como por ejemplo: 

  1. Adoptar un horario donde se permita pausas para descansar, desconectar y recuperar tensiones.

  2. Evitar la realización de tareas repetitivas por un período superior a 30 minutos.

  3. Mejorar el mobiliario y diseñar un entorno de trabajo con objetos ergonómicos que respeten las necesidades corporales y posturales de tus trabajadores, así como mantener unos correctos niveles de iluminación, insonorización y temperatura.

  4. Formar a tus trabajadores sobre el desarrollo del trabajo seguro, otorgando pautas para evitar las posturas forzadas o sobreesfuerzos.


Hacer que tu empresa sea más segura y saludable está en tu mano. No sólo los trabajadores verán como su salud mejora, sino que tu empresa resultará directamente beneficiada por la reducción de bajas motivadas por estos trastornos, así como el aumento de productividad y competitividad de las personas trabajadoras de tu organización. 


Xavier Pladevall





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